Después de que pasan toros……….muchos toros, de repente se logra esa rara conjunción entre
toro y torero y toma forma de obra artística, diferente e inolvidable y que lleva al aficionado al
éxtasis, tal como sucedió ayer en la Plaza México.
Domingo 12 de Diciembre de 2010, Sebastian Castella va muy temprano a la Basílica de Guadalupe a
visitarla en su día, y se conmueve al ver el fervor que el pueblo le tiene a la santa patrona, horas
más tarde, ya calzado en el vestido de torear, alcanza la gloria, esa que muy pocos toreros llegan a
tocar.
Describir la faena que hizo Castella es difícil, porque no se encuentran apelativos para calificarla,
póngale como quiera, inolvidable, majestuosa, sensacional, de época, etc, pues todavía se quedan
cortos ante ésta faena cumbre que perdurará para siempre en la memoria de los que estuvimos
ahí presentes.
Salió al ruedo de la gran plaza el séptimo toro de la tarde noche, un toro de regalo de nombre
"Guadalupano" – pa´que amarre- de la ganadería de Teófilo Gómez, con 500 kilos de peso, al cual
el diestro de Beziers saludó con unas verónicas cocinadas a fuego lento, con un sabor y una cadencia
increíbles, desde ahí se presentía algo grande. El toro tenía una calidad y un son en la embestida
extraordinarios, pero estaba muy medido de fuerza, así lo entendió Castella y ordenó al picador
español que apenas lo tocase con la vara, quizá esta sea la única mancha que pongamos a este
nobilisimo ejemplar. Y comenzó la faena de muleta y con ella un concierto impregnado de arte,
inspiración, belleza y conocimiento que hasta los ángeles del torero bajaron del cielo a gritarle
al francés ! Torero Torero Torero!, Castella se atornilló en el centro del ruedo y pegó unos estru-
jantes péndulos y otros cambiados por detrás sin mover un sólo pelo, y después la locura, comenzó
citando de largo para darle aire al de Teófilo, entendiéndolo perfectamente y éste correspondió
empleándose cada vez más y más hasta que vimos una faena de más de 100 muletazos, derechazos y
naturales lentísimos, vitolinas, pases de pecho torerísimos, pases de la firma, dosantinas, un
cambio de mano por delante que fue sublime, ya para éstas horas la plaza era un manicomio completo,
indulto pide la gente y Castella haciéndose el desentendido, siguió toreando para provocar que se
pidiera ruidosamente el indulto que finalmente concede el juez de plaza, todavía se llevó Sebastian
a "Guadalupano" toreando hasta la puerta de toriles y la apoteosis un montón de aficionados entusias-
mados se bajaron al ruedo para que diera la vuelta en hombros junto al ganadero y se lo llevaron al
maestro en volandas hasta el Eje Vial .
La gloria taurina
Con su primero Castella ya había estado excelente, realizando una faena con arte e inspiración,
enredándose al toro por la cintura con pases de todas las marcas, como mató de espadazo trasero
muy feo, perdió cuando menos una oreja que ya había ganado a ley. Con su segundo, un toro de
los Encinos que fue muy malo y embestía topando la muleta, el diestro francés abrevió.
Confirmó la alternativa el joven de Aguascalientes, Arturo Saldivar, con el toro Peregrino de 530 kilos
de la ganadería Venta del Refugio que resultó potable aunque descastado, a Saldivar se le vio muy
nervioso al principio, pero cuando se asentó dejó ver sus buenas maneras para torear y hacer una
buena faena muy aseada y matando estupendamente, cortó una merecida oreja, un comienzo
prometedor. Con su segundo, un toro de los Encinos que fue también muy malo, Saldivar se esforzó
pero no había nada que hacer, silenciado en su labor y pitos al burel.
El torero de Tlaxcala José Luis Angelino, vino a la plaza con gran disposición y deseos de agradar,
pero su primer toro fue descastado y perdía constantemente las manos por lo que no pudo hacer
nada, con su segundo de los Encinos que era difícil pero se le podía torear, Angelino dejó ver
que torea poco y tras una faena decorosa no exenta de una voltereta muy fea, tuvo fuerte
petición de oreja que no concedió el juez, a sus dos toros los baderilló muy bien.
Se despidió el también tlaxcalteca, veterano picador Domingo López "Zotoluco", tras 50 años
desempeñándose como varilarguero ,lo que no habrá visto el hombre.
Dios bendiga a su majestad, el nuevo Papa del Toreo por darnos esa alegría y esa emoción
que nos estremece hasta las lágrimas. MERCI SEBASTIAN CASTELLA
"El Ñor"
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